Retales de mi vida

Tan bello es caer a tus pies...

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Location: Monterrey, Mexico

Fascinante. Apasionada. Creativa. Detallista. Sensible. Irónica. Sarcástica. Soberbia. Exigente. Divertida. Autosexual. Encantadora.

Tuesday, October 13, 2009

Mudanza

Este blog se mudó a http://lorenasanmillan.wordpress.com

Ahí nos leemos y nos escribimos.

Lorena Sanmillán

Wednesday, July 04, 2007

Diálogos a la luz de una vela


¿Cómo aprendiste a hacer el amor? ¿Lo hiciste o te lo hicieron?
Aprendí sola. Así que si no te gusta cómo lo hago, sólo hará falta decírmelo.
¿Y si me gusta? ¿Dónde felicito y a quién? ¿A tus manos? ¿A tu piel? ¿A tus pechos? ¿A tu aliento? ¿A tu entrega? ¿A tu boca? ¿A tu ternura? ¿A tus pies? ¿A tu esencia de mujer? ¿A tus vellos? ¿A tu dormir cansada después de hacerme mujer? ¿A quién? ¿Al trago de agua antes de entrar a la habitación? ¿Al cigarro que no me dejaste prender? ¿A la música que no paraba de sonar?
A ti. Sólo a ti.

LSM; Julio 3 de 2007

Monday, July 02, 2007

Lorena Sanmillán

Para Jóse
por su vehemencia y fe.
Lorena Sanmillán nació en el barrio madrileño de Lavapiés, lo más castizo de la capital española, lugar donde viví por espacio de siete meses. Llegué a Madrid agotada por los cambios de horario, pero Grace insistió en que debía comer algo. Entonces conocí el Sanmillán, un restaurancito de barrio. Aunque estaban por cerrar, nos recibieron de buena gana.
El sitio era encantador, familiar, económico, pintoresco. De inmediato me enamoré de él. Me convertí en una más de sus comensales. Cuando iba, usualmente me llevaba algo para leer, ya fuera un libro, un periódico o una revista. Tengo esa manía, todos en mi casa hacemos lo mismo: comer y leer. Cuando no leía, me llevaba algo para escribir. El caso era hacer dos cosas a la vez. Disfruto mucho escribir cartas y la hora de la comida me parece un gran momento para ello. Siempre llevaba algo para hacer.
Un buen día decidí entrar a un concurso de cuentos y me pedían un seudónimo para registrarlos. Seleccioné e imprimí mis escritos pero nada se me ocurría para el alias. Y así me fui a comer, confiando que durante el trayecto se me ocurrirá algo. Me llevé sólo mis escritos impresos ya en el sobre para enviarlos faltándoles únicamente el seudónimo que habría de identificarlos. El mesero de inmediato me vio sin nada para leer o escribir y dijo de inmediato ¿Pero es que tú hoy no te piensas hacer nada? ¡Ezo es como el Apocalipsis! Le respondí que buscaba un seudónimo para entrar a un concurso. ¡Ah, pues nada más fázil!, Tú escoges un nombre, como te habría gustado llamarte, se lo pones ahí, y pues nada, que ya está! Como si fuera tan fácil. Me había pasado toda la mañana pensando en cómo ponerme y resultaba que el tipo, Jóse, me solucionaba el asunto en menos de un minuto con un sólo comentario.
Trajo mi primer plato, yo comía y él iba y venía por las mesas del restaurante. Incansable: levantaba pedidos, llevaba los platos a la barra, bromeaba con los demás clientes, gritaba más que hablar. En medio de todo este barullo yo pensaba y repensaba y ningún nombre me gustaba. ¿Ya eztá? No. Todavía no. Él iba y venía, acosándome. Pues a ver, que esto no puede estar tan difízil, ¿cómo te habría gustado llamarte? Lorena. Es un nombre que siempre me ha gustado, no sabría explicar con exactitud por qué. Me encanta su sonido, me parece sexy y también disfruto que sea una ciudad. Pues suena bien, tú te pones Lorena y ya eztá. ¿Pero si hay otra Lorena? Pues nada, que le pones un apellido u otro nombre y ya. Entonces pensé en mi segundo apellido, Rivera, Lorena Rivera, pero tampoco me satisfacía. Y así estuve haciendo varias combinaciones. El nombre de mi calle, el de mi madre, mi guitarra, el mes en que nací.
Cuando trajo el segundo plato, él seguía opinando, dándome opciones. Pues Lorena Sofía, como la Sofía Loren, pero al revés, o Sofía como la Reina. Pero no terminaba de gustarme. Seguí con mis pensamientos y terminando mi comida. De pronto el hombre se dejó venir desde el fondo del restaurante ¡Ya, que ya lo tengo, que ya lo tengo, pero es que ya lo tengo! Todo emoción, se pone en la orilla de la mesa, apoyando sus manazas en los extremos y dice Tú dale que te pones Lorena -y entonces señaló el letrero del restaurancito- San-mi-llán, tú vas y ganas ese concurso, entonces te entrevistan, tú les dices que te llamas así por mi restaurante, y ¡hala! que los mandas a comer aquí y de todo esto resulta que ¡Yo me hago rico!
Todo esto lo dijo a puro grito temblando de efusivo. Me convenció su vehemencia, su fe en mis escritos, aunque nunca los hubiera leído. Sólo sabía de mí quesque era escritora porque me veía hacerlo en su restaurante. Más nada. De inmediato tomé mis papeles y puse ese nombre en el sobre, delante de él. La comida de ese día me salió gratis y de ahí me fui a depositarlos en un buzón. No gané ese concurso; pero el nombre se quedó y desde entonces soy y siempre seré Lorena Sanmillán.
LSM; Julio 2 de 2007

Monday, June 25, 2007

Crónica de la Copa de Oro

Las llamadas telefónicas se cruzan para organizar la carne asada familiar y se intercalan con los anuncios que indican la cuenta regresiva del partido final de la Copa de Oro 2007 donde se enfrentarán México-USA. En los vestidores, con el mismo frenesí, la selección mexicana y la estadounidense se preparan. Desde el siglo pasado México no derrota a EU en futbol.

Comienza la ceremonia de los himnos. Aquí sí no nos podrán ganar jamás. Esa bandera tricolor con nuestra historia grabada ondea orgullosa y oronda donde la pongan. El águila y la serpiente, en la bandera, en las monedas, en el rostro, en el alma. En el Campo del Soldado (Chicago), Joseph Blatter saluda a los jugadores, que la cortesía es primero.

Hay espacios vacíos en las tribunas, aunque en los presentes hay más simpatizantes verdes que azules. El himno nacional mexicano extiende sobre el campo una alfombra de patriotismo. Festivo, alegre, banderas, sombreros, trompetas. Todos cantan efusivos, todos. Luego el de USA, tan solemne, tan clásico, algunas banderas, algunos cantan. Se perfila ahí otra diferencia de temperamento. Quizá el mismo sentir pero en definitiva otra forma de vivirlo y de expresarlo.

Anuncian las alineaciones. Hay una gran diferencia de talla. Sánchez, Osorio, Magallón, Bautista, Castillo, Guardado; Donovan, Bocanegra, Clark, Dempsey, entre otros. La selección de Hugo Sánchez necesita entregar su mejor partido. Estados Unidos, campeón defensor, tiene un tipo de juego más europeo.

El árbitro guatemalteco Batres espera que la familia esté sentada frente a la televisión y justo cuando se han servido las botanas, el destape de las cervezas coincide con el silbatazo inicial. Todos a nuestras posiciones.

Una tempranera llegada de Jared por la izquierda arranca los gritos de la familia, vecinos y demás. Estados Unidos gana balones. Juegan más abiertos. Se marca la diferencia de estilo y ritmo cuando los gringos tienen la pelota. Ellos no tienen prisa, están en casa y se saben seguros.

Otra llegada, de Neri. México se muestra nervioso. Castillo impone velocidad. Para el minuto catorce, México tiene varias llegadas a la portería contraria. Dos minutos después, una llegada de USA. Ambos juegan con dos líneas de cuatro con dos hombres arriba.

Rafa Márquez intenta un gol de campo al minuto veinticuatro con la mala suerte de no haber sido informado que aunque esté en USA no está jugando futbol americano. El obvio contraataque los pesca descuidados. Minutos después, Pavel Pardo cobra una falta y la pelota se va de lado, como ocurre a veces que la pelota se va por la banda en los juegos de boliche. ¡Hay que decirles que se trata de futbol! Alguien haga algo.

Hugo, vestido en rosa mexicano, aparenta tranquilidad. Escogió un color intenso y singular como el espíritu mexica. Supongo que ahora comprende que no es lo mismo ser campeón con el Realmadrid que ser técnico; hablar desde el asiento de su casa y prometer campeonatos que estuvo muy lejos de conseguir.

Neri Castillo avanza, pase para Guardado. El primer gol señala el camino de la esperanza y da permiso a la familia para celebrar. Comentarios de medio tiempo. Todos, campeones del control remoto y poseedores de la verdad absoluta. Las exageraciones instalan lo mismo halagos que improperios. Los niños buscan su psp, las niñas colorean cuentos de princesas.

Empieza el segundo tiempo. La danza del balón sigue su curso. La generosidad del pueblo mexicano se patentiza: regalamos un penalti y con ello el empate. Osvaldo dirige sus esfuerzos a la derecha, el 10 villano de siempre, Donovan, se anota un 10. La familia apuesta al tiempo extra. Las cervezas ya están frías lo mismo que los ánimos de mis acompañantes. Cala el gol. El empate sabe a derrota. Los hielos se derriten en las bebidas como el ánimo de los jugadores. Las botanas se terminan en los platos, como se acaba la ilusión. Sólo van quedando las migajas.

Un cabezazo mutuo, mientras ambos jugadores perseguían en balón paraliza la escena. Es una metáfora dulce de cuando seguimos las metas. Solemos tropezar con quien persigue lo mismo y a veces ninguno alcanza lo que pretendía.

Un gol de Benny Feilhaber en el minuto 73 llega cargado de silencio para todos, hasta para la bebé que deja de llorar. El marco de la portería de Osvaldo es un jugador disfrazado. Desvía dos buenos intentos de la ofensiva estadounidense y la matanza se queda en 2-1. Cuauhtémoc Blanco y Bautista entran en los últimos minutos. ¿Porqué no antes, Hugo? Prerrogativas que se volverán preguntas para toda la semana. Respuestas que serán disculpas disfrazadas de pretextos. El Bofo tuvo un claro intento. Cuatro minutos de compensación que no sirven de mucho.
La familia se levanta de la sala de televisión, seguirán su domingo y olvidarán lo pasado, como todos los mexicanos. Total, el próximo miércoles ya tendrán un nuevo pretexto para juntarse, el partido México-Brasil, volverán a llenarse de esperanza. A creer, a ponerse la verde, a, como dicen todos, jugar como nunca y perder como siempre.

Hoy jugamos, decimos en un plural incluyente; pero perdieron en singular excluyente. Sostenemos el dedo índice sobre quien vestido de rosa mexicano tendrá que volver en rojo bermellón. A ver si ya entendemos que en los partidos y en la vida no se gana a base de intentos, sino de goles y aciertos. Hugo queda en silencio pudiendo decir tanto en el idioma que aún no ha aprendido a conjugar.

Esta ha sido la Crónica de la Copa de Oro, para AW Radio, Lorena Sanmillán.
LSM;Junio 25 de 2007

Friday, May 11, 2007

Feliz

Hoy es 10 de mayo y se festeja el Día de las Madres.
Hoy no hice fila en la pastelería; a mamá no le gustan los pasteles con betún.
Hoy no fui a comprarle nieve; a mamá le molestan en las encías los alimentos fríos.
Hoy no le conseguí esquimales; una hija adoptiva le llevó unos de regalo.
Hoy no le hablé por teléfono; varios amigos se encargaron de hacerlo.
Hoy no la llevé a ningún restaurante; pues no es afecta a comer fuera de su casa.
Hoy no busqué rosas para ella pues en su jardín tiene los mejores jazmines.
Hoy no escogí un mono de peluche, dice que son adornos que se llenan de tierra y que luego tiene que limpiarlos ella.
Hoy no saqué fiada alguna bolsa; si ella sale conmigo todo lo demás le sobra.
Hoy no elegí alguna prenda en color rojo; mamá se viste de belleza cuando sonríe.
Hoy no le di un sobre con dinero; mis hermanos se encargaron de hacerlo.
Hoy no envolví una licuadora, o una batidora, o un microondas; ella tiene molcajete, bate con un tenedor y calienta en el comal sus cosas.
Hoy tampoco nos fuimos de viaje; no se quiere mover mucho debido a la úlcera de su pierna derecha.
Hoy ni siquiera abrí mi cartera para regalarle nada a mi Manuela.
Sólo fui a visitarla, vimos la novela juntas, le di su terapia en los pies y comentamos las nota roja. La abracé con intensidad diciéndole que hoy tuve un día feliz.
Y cómo no, si de pronto caí en cuenta de lo afortunada que soy, pues ella, sin saber leer, mi anima a escribir.

LSM; Mayo de 2007

Thursday, May 10, 2007

Autoestima

Mis padres siempre dicen que muy apenas soy el milésimo borrador del boceto imperfecto de un pésimo intento de la falsa copia pirata del reflejo de una caricatura apócrifa vista a través de un empañado espejo, realizada por la mano derecha de un pintor zurdo que tiene los ojos vendados en plena oscuridad mientras bailotea un pincel calvo encima de acuarelas deshidratadas sobre un pasante de papel cebolla reciclado, corriendo de espaldas en el techo de un tren de alta velocidad que recién entra a un túnel a desnivel en curva.

De tal suerte, que lo único bueno que he hecho en toda mi vida ha sido participar del placer orgásmico que provocó la eyaculación en la cual fui concebida.

Y yo lo creo.

LSM; Marzo de 2007

Thursday, March 29, 2007

Diagnóstico

Necesito estar despierta

y

tomar

mis

pastillas para dormir;

entonces volveré a soñar

que

alguna

vez

viví.


LSM; Marzo de 2007