Retales de mi vida

Tan bello es caer a tus pies...

Name:
Location: Monterrey, Mexico

Fascinante. Apasionada. Creativa. Detallista. Sensible. Irónica. Sarcástica. Soberbia. Exigente. Divertida. Autosexual. Encantadora.

Wednesday, September 28, 2005

Pero no pienso nada

Desarrollo sustentable. Población y diseño urbano. Nuevos paradigmas del paisajismo. Conceptualización en el proceso de diseño arquitectónico. Métodos, procesos, sistemas y técnicas: coincidencias y discrepancias.
Llevamos tres horas de conferencias. Gente que ha estudiado mucho y ahora necesita demostrarlo para justificar las grandes cantidades de tiempo y dinero que ha significado su beca. Arquitectos muy capaces de pensar y proponer pero que nunca en su vida han tocado un block ni saben cómo hacer un mortero.
Todo son planes e irrealidades. Muero de envidia. Cómo sólo ellos saben del tema que hablan, nadie puede rebatirles nada. Tres o cuatro preguntas retóricas y un gran baño de halagos a su vanidad. Aplausos. Coffee break.

Reintegrándome al punto de vista intelectual de la arquitectura, me siento un poco ajena a mi contexto. Vengo de construir, todavía tengo las uñas sucias por mi descuidada técnica de pintura. Siento insulsa la palabrería y mejor me quedo en silencio; es demasiado el esfuerzo de parecer interesada. También me siento estancada en mi hacer intelectual.
Así que busco un sitio en un rincón del salón de conferencias para replantearme mi quehacer profesional y entonces vuelvo a verte. Nada es lo mismo al observarte. Con tu sonrisa, hasta le das sabor a un café desangelado.

Siempre bella, hoy estás preciosa. Tú y ese traje sastre azul mimetizados en una silueta por demás atractiva. Esta vez no dictarás conferencia, sólo vienes de oyente. A mí se me van los ojos tras tus pasos. Me encantas.

Te acercas a la mesa a tomar una galleta. Ninguno de tus movimientos se escapa de mi vista. Quiero pararme detrás tuyo. Moverme abrazada a ti. Contagiarte de mi ritmo desesperado, pegar mi pubis a tus nalgas, tumbarte sobre el buffet, besar tu cuello y arañar tu espalda. Todo esto alucino mientras me convierto en mujer de agua.

Me percibes, me saludas. Qué tanto piensas, dices, tan casual, buscando sacar plática. Un bostezo me sirve para mimetizar un suspiro. No me atrevo a mirarte. Sólo te veo por el reflejo en la ventana. Te respondo sin voltear a verte. Qué tal, Doctora, yo aquí tomando un café, pero no pienso nada.

Lorena Sanmillán; Septiembre 2005