Lluvia
Llueve en la ciudad y la humedad llega hasta el centro de mi deseo.
Tengo ansias de tu abrazo, de tus labios recorriendo mi espalda como ninfa sedienta.
Quiero encenderte, transformarte, poseerte.
Completa el círculo inconcluso de mi boca entreabierta con tus senos tiernos.
Acaríciame y enjuga mi deseo en el arco de tus piernas.
Después quédate quieta y ya no hagas nada, que en tus pausas encuentro esta locura que a pesar del frío de la lluvia no tienes idea de cuánto y cómo me calienta.
Tengo ansias de tu abrazo, de tus labios recorriendo mi espalda como ninfa sedienta.
Quiero encenderte, transformarte, poseerte.
Completa el círculo inconcluso de mi boca entreabierta con tus senos tiernos.
Acaríciame y enjuga mi deseo en el arco de tus piernas.
Después quédate quieta y ya no hagas nada, que en tus pausas encuentro esta locura que a pesar del frío de la lluvia no tienes idea de cuánto y cómo me calienta.
Lorena Sanmillán; mayo 4 de 2005
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